Australia se ha quedado recientemente sin una de sus leyendas del cricket. Shane Warne, que revolucionó este deporte por su manera de lanzar, murió el pasado 4 de marzo a los 52 años por un ataque al corazón mientras se encontraba en Tailandia. De todas las circunstancias que rodean su muerte una ha llamado la atención especialmente: estaba tratando de perder peso con una dieta extrema.
El propio Warne, pocos días antes de su muerte, ya había dicho en sus distintas redes sociales que estaba intentando conseguir un físico envidiable gracias a haber iniciado una operación definición de tan solo diez días. El exdeportista adjuntaba una foto del pasado en la que salía muy musculado, con las venas del brazo marcadas y un torso muy trabajado. Además, no era la primera vez que se atrevía con esta dieta radical tras haber experimentado varios aumentos de peso descontrolados.
Solamente se debe hacer esta dieta bajo supervisión médica y en épocas muy cortas.
«Era un poco todo o nada. O bien era bollería con mantequilla y lasaña en el centro, o bien tomaba zumos negros y verdes. Obviamente, fumó la mayor parte de su vida. No lo sé; creo que fue un gran ataque cardíaco. Eso es lo que creo que ha pasado«, ha explicado James Erskine, el manager del exjugador de críquet, a medios australianos sobre sus idas y venidas en cuanto a sus hábitos de vida.
Esta operación para definir consistía en solamente tomar líquidos durante un periodo de tiempo determinado para perder peso rápidamente. Pese a que no se ha encontrado una relación directa entre la muerte de Warne y la privación de calorías siempre queda la duda. Así que la pregunta es clara: ¿este tipo de dietas extremas son peligrosas?
Una dieta eficaz y segura en periodos cortos
En circunstancias normales no debe pasar nada por estar unos cuantos días sin consumir alimentos sólidos y mantenerse solamente de líquidos como agua y zumos de frutas y verduras, que aportan muchos minerales y vitaminas, pero muy pocas proteínas y grasas. Por lo tanto, se trata de una dieta que no cubre las necesidades mínimas del individuo tanto a nivel energético como a nivel cualitativo.
De esta manera, esta estrategia nunca se puede mantener en el tiempo y se debe limitar a periodos muy cortos. Se debe tener en mente que es algo temporal y que, una vez finalice esta pequeña etapa, se volverá a una dieta variada con todo tipo de alimentos. Si esto no fuera así, el cuerpo no recibiría todos los nutrientes que necesita y se entraría en un estado de agotamiento que sí podría llegar a ser perjudicial para la salud.
Entre los efectos que podría desencadenar prolongar esta dieta más de lo debido se encuentran los dolores de cabeza, mareos, cansancio extremo, diarrea o estreñimiento. Por otra parte, el intestino, los pulmones y el hígado tendrían mucho más trabajo mientras que se reduciría la masa muscular, algo que no es deseable cuando se quiere perder grasa.
Otro de los grandes problemas que plantea esta dieta a base de alimentos líquidos es el riesgo de que el peso vuelva tan rápido como se fue. Es el conocido efecto yo-yo: es el mecanismo por el que el organismo trata de compensar el periodo de restricción que se ha sufrido. En muchos casos este rebote acaba un aumento de peso mayor al que se tenía antes de comenzar la dieta.
No es adecuada para todas las personas
El profesor australiano Garry Jennings, CEO de la National Heart Foundation de Australia, ha explicado al The Sydney Morning Herald que una dieta líquida puede suponer un esfuerzo adicional para el corazón en algunas circunstancias. En este sentido, Jennings ha detallado que si el metabolismo y la forma en la que el cuerpo maneja los fluidos, la sal y otros electrolitos se desajustan por completo, y luego si tiene un pequeño ataque al corazón, es más probable que eso se convierta en algo serio si se ha tenido un cambio de ritmo como el que provoca la dieta líquida.
«En la mayoría de los casos, estos riesgos se suman a un problema cardíaco subyacente; no surgen de la nada. Dudo que puedan causar un problema cardíaco por sí mismos«, ha aclarado el experto.
No obstante, este tipo de dietas en la que no se ingieren calorías de alimentos sólidos solamente se puede llevar a cabo en perfiles muy concretos y siempre con la aprobación, consejo y seguimiento de un médico. Priya Tew, galardonada dietista y toda una celebridad en el Reino Unido, es partidaria de estas dietas tan restrictivas solamente en estos casos.
En este sentido, el National Health Service británico asegura que las dietas de este tipo «no son adecuadas para la mayoría de las personas” pese a ser efectivas con un control médico ya que no todas las personas pueden sobrellevar la falta de nutrientes de la misma manera. Además, las mujeres embarazadas, las personas que padecen diabetes, las que se inyectan insulina y las que sufren enfermedades crónicas nunca deben probar la dieta líquida, ya que podría tener consecuentes graves para su salud.