España tiene 8.131 municipios y alrededor de 8.000 kilómetros de costa. Por ello, los pueblos pesqueros proliferan en las zonas costeras. Pero, ¿cuáles son los más bonitos e ideales para una escapada? ‘Weekendesk‘, web especializada en escapadas, ha elaborado un ranking con los más bellos de nuestro país. La presentamos y te contamos los secretos de cada uno de estos municipios.
Cadaqués (Girona)
Este pueblo de casas blancas y calles empedradas fue elegido como el «el pueblo costero más bonito de España» en 2020 por los lectores de ‘Lonely Planet’. Se trata de un municipio marinero ubicado en el Cap de Creus.
Su casco antiguo medieval, su puerto y su belleza natural inspiraron a Salvador Dalí. El pintor y artista vivió allí durante décadas. De hecho, su vivienda habitual es hoy en día la Casa Museo de Salvador Dalí. Otra parada obligada en Cadaqués es la iglesia de Santa María. Este templo del siglo XVII de estilo gótico sigue la línea visual de la localidad, ya que está pintada de blanco. Se encuentra en el punto más alto de Cadaqués, lugar con vistas espectaculares.
Villajoyosa (Alicante)
El nombre este municipio significa «ciudad alegre» en valenciano (‘Vila Joiosa’). Esta alegría también se pone de manifiesto en sus viviendas, ya que las fachadas de las casas están pintadas en diferentes colores. En sus 15 kilómetros de costa, el término municipal alberga más de 10 playas. La del casco urbano es de arena, mientras que en las de los alrededores hay presencia de rocas. Si eres un amante del esnórquel, la playa Estudiantes, Puntes del Moro y El Xarco son muy buenas opciones.
Pollensa (Mallorca)
Pollensa (‘Pollença’ en catalán) es uno de los pueblos más bonitos de Mallorca. Tiene múltiples atractivos: el monte del Calvario con vistas increíbles del pueblo y la Sierra de Tramontana, la Reserva natural L’Albufereta, una plaza mayor de arquitectura típica mallorquina, el célebre convento de Santo Domingo y lugares naturales únicos en sus alrededores: Cap Formentor, Playa de Formentor y Cala Murta son algunos ejemplos.
Conil de la frontera (Cádiz)
Probablemente, el pueblo más famoso de Cádiz. Sus playas, sus calas y su ambiente nocturno atraen a miles de turistas cada año. Uno de sus lugares más concurridos es la Playa de los Bateles, con 850 metros de extensión de largo. Otras opciones más pequeñas son la Cala Melchor, Cala Pitones y Cala Sudario. En todas ellas la arena es dorada y el oleaje es de intensidad media.
Muxía (A Coruña)
Uno de los pueblos más espectaculares de la Costa da Morte gallega. En la visita no puede faltar el Santuario da Virxe da Barca, ubicado al borde del mar, y que ha tenido que ser reconstruido en varias ocasiones debido a los desperfectos provocados por las aguas de la zona. En sus alrededores está el faro y un monumento llamado A Ferida («La Herida»), que recuerda la catástrofe del Prestige en el año 2002. Muxía fue una de las localidades más afectadas por el vertido de petróleo que inundó las rías gallegas. Hoy, felizmente, brilla en todo su esplendor.
Lastres (Asturias)
El paisaje de Lastres es imponente. La localidad se encuentra frente al mar a los pies de una montaña, dando lugar a una panorámica espectacular. En sus calles empinadas no faltan las casonas señoriales que miran al mar. Su belleza fue clave para ser elegido como el municipio en el que se rodó la serie de televisión ‘Doctor Mateo’. El mejor lugar para disfrutar de vistas impresionantes es el mirador de San Roque.
Santoña (Cantabria)
La historia de Santoña está íntimamente ligada al mar. Es el lugar de nacimiento de Juan de la Cosa, cartógrafo clave en el descubrimiento de América. Además, en el pueblo se construyó la carabela Santa María. Precisamente el mar forma una espectacular bahía en la localidad la cual se puede ver paseando por El Pasaje. Otras actividades imperdibles son hacer la ruta del Faro del Caballo, visitar la playa de Berria y conocer la historia en los tres fuertes del pueblo: Fuerte San Martín, Fuerte del Mazo o de Napoleón y el Fuerte de San Carlos.
Hondarribia (Guipúzcoa)
El pueblo con el recinto amurallado mejor conservado del País Vasco. Además, su arquitectura llama la atención de sus visitantes: cuenta con casas de colores y balcones de madera. Por si esto fuera poco, el castillo medieval de Carlos V construido en los siglos XII y XIII ofrece alojamiento, ya que actualmente es un Parador de Turismo.